¿Ninguna vacante disponible? No desesperemos porque algunos puestos vacantes nunca llegan a publicarse en las páginas de empleo, sino que se ofrecen primero a nivel interno o se cubren gracias a las bases de datos de la propia compañía. En ocasiones el puesto de trabajo ni siquiera existe y podemos incluso adelantarnos mostrando nuestro perfil y lo que aportaríamos a la compañía con nuestros conocimientos. La mejor opción en estos casos es la “candidatura espontánea”, presentar una auto-candidatura que podría llegar en el momento adecuado a aquellas empresas de nuestro interés.
Para ello solo hay que enviar un correo electrónico con el que atraer la atención del interlocutor, acompañado del currículum o video-currículum y quizá una carta de recomendación. Esta acción podría ser la puerta de entrada a un futuro proceso de selección para una vacante que quizá ni existiera antes. La clave está en adelantarnos y hacernos visibles gracias a esta candidatura espontánea.
La candidatura espontánea o auto-candidatura es una forma menos común pero a veces más efectiva de darnos a conocer a la empresa en la que nos gustaría trabajar. Se trata de presentar nuestro perfil profesional y mostrar el interés por unirnos al equipo.
Con la candidatura espontánea se busca, más que disparar cañones al aire, apostar por un empleo para el que nos sintamos totalmente preparados y después de haber analizado no solo el mercado y la propia empresa a la que nos dirigimos, sino también nuestras habilidades, valor diferencial, intereses, proyección… Posiblemente tengamos que prepararnos antes para que la candidatura cuente con las máximas posibilidades de éxito.
Para ponernos en contacto directamente con la persona responsable del equipo al que nos gustaría unirnos, el correo electrónico puede ser nuestra mejor herramienta ya que nos permite hacerle llegar un menaje personalizado. Es importante, antes, saber con quién tenemos que hablar y evitar escribir a direcciones genéricas. Para ello, podemos consultar los propios canales corporativos (página web o perfil de Linkedin, por ejemplo). Si no conseguimos ese contacto directo, no hay problema en llamar y preguntar a la empresa.
Antes, sin embargo, es conveniente que nos informemos bien sobre la empresa y nos aseguremos de que nuestro perfil encaja. El currículum debe de estar impecable y debemos incluir cualquier material adicional que acredite nuestra trayectoria (portfolio, carta de recomendación, video de presentación…). Nunca, por tanto, presentemos una candidatura espontánea sin contactar con los conocimientos y habilidades que requieren el puesto, o sin tener bien preparado nuestro mensaje de presentación.
Definir y comunicar nuestro objetivo. En el texto principal del correo electrónico indica claramente tu intención. Deja bien claro el tipo de empleo y condiciones que te interesan así como el por qué eres la persona adecuada para el puesto.
El asunto. Entiende este apartado como el gran titular de tu candidatura. De ello dependerá, probablemente, que el mensaje sea abierto o enviado directamente a la carpeta de spam. Es necesario que pongas tu nombre pero puedes aportar un toque de originalidad con el que atraer la atención del destinatario.
Menos es más. El correo electrónico debe ser conciso, de lo contrario el entrevistador perderá el interés antes de terminar de leerlo. Revísalo después de redactarlo y elimina la información innecesaria.
Personalización. Escribe demostrando que conoces bien la empresa y sabiendo con quién hablas, haz que tu interlocutor tenga la sensación de que te diriges a él de manera individual. Procura atraer su curiosidad demostrando que te has informado y cómo tu experiencia / conocimientos pueden aportar al equipo. Expón los motivos por los que deberían tomar en consideración tu candidatura.
Una proposición como cierre. Da el paso y propón tú mismo ese encuentro con el que poder darte a conocer en persona. Quizá sea suficiente mostrando tu disponibilidad para mantener una conversación telefónica acotando el momento más adecuado para ti pero mostrándote flexible para adaptarte a sus tiempos, o incluso proponiendo tomar un café cerca de la oficina ¿Qué puedes perder? A nadie le sienta mal un café, menos si has causado el imparto e interés esperado.
Por último, recuerda que es posible y de esperar que la persona a la que escribes sienta cierta curiosidad por saber más sobre ti, me refiero al ámbito personal. No dudes en que consultará tu perfil en redes sociales así que asegúrate de que luce como debería. No olvides, por tanto, compartir los enlaces a tu perfil profesional, página o portfolio en caso de que te interese destacarlo.
¡Y no olvides hacer el conveniente seguimiento! Deja pasar un par de días pero no está de más que si no tienes respuesta vuelvas a contactar para saber si les interesa tu propuesta o por lo contrario la han descartado.
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